Jueves 21 de Septiembre del 2023
Domingo 30 de Agosto – 22° Domingo Del Tiempo Ordinario – Primer anuncio de la muerte y resurrección de Jesús El escándalo de la cruz – Parroquia San José

Domingo 30 de Agosto – 22° Domingo Del Tiempo Ordinario – Primer anuncio de la muerte y resurrección de Jesús El escándalo de la cruz

22º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (A)
Lectura orante del Evangelio del Domingo, 30 agosto 2020

Primer anuncio de la muerte y resurrección de Jesús 
El escándalo de la cruz
 
Mateo 16, 21-27

  1. ORACIÓN INICIAL
    Espíritu de verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad toda entera, abre nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Tú, que descendiendo sobre María de Nazareth, la convertiste en tierra buena donde el Verbo de Dios pudo germinar, purifica nuestros corazones de todo lo que opone resistencia a la Palabra. Haz que aprendamos como Ella a escuchar con corazón bueno y perfecto la Palabra que Dios nos envía en la vida y en la Escritura, para custodiarla y producir fruto con nuestra perseverancia.
  2. LECTURA
    a) El contexto: 
    Mt 16, 21-27 se encuentra entre la confesión de Pedro (16,13-20) y la transfiguración (17, 1-8) y está íntimamente ligado a ellos. Jesús pide a los doce que le digan qué piensa la gente que pueda ser Él y luego quiere saber qué dicen ellos. Pedro responde: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (16,16). Jesús, no sólo acepta esta confesión, sino que dice expresamente que su verdadera identidad ha sido revelada a Pedro por Dios. Sin embargo, insiste en que los discípulos no deben decir a nadie que Él es el Mesías. Jesús sabe bien que este título puede ser malentendido y no quiere correr ningún riesgo. «Desde entonces» (16,3) comienza a explicar a los doce gradualmente qué significa ser el mesías: Él es el mesías sufridor que entrará en su gloria a través de la cruz. 
    El pasaje en consideración consta de dos partes. En la primera (vv. 21-23) Jesús anuncia su muerte y resurrección y se muestra completamente decidido a seguir el proyecto de Dios sobre Él a pesar de la protesta de Pedro. En la segunda parte (vv. 24-27) Jesús demuestra la consecuencia que deberá tener sobre sus discípulos el reconocerlo como mesías sufridor. No se llega a ser discípulo, si no es pasando por el mismo camino. 
    Pero Jesús sabe bien que es difícil para los doce aceptar su cruz y la de ellos y para animarlos les da una anticipación de su resurrección en la transfiguración (17, 1-8).
  3. b) El texto: 
    21-23:
    Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!» Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! 
    24-27:Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? 
    «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta
  4. UN MOMENTO DE SILENCIO ORANTE
    Para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
  5. ALGUNAS PREGUNTAS
    Para ayudarnos en la reflexión personal.
    a) ¿Por qué Pedro trata de persuadir a Jesús de afrontar la pasión? 
    b) ¿Por qué Jesús llama a Pedro Satanás? 
    c) ¿Cómo afrontas la vida, con la lógica de Dios y de Jesús o con la de los hombres y la de Pedro? 
    d) En tu vida concreta de cada día ¿qué significa perder la vida por causa de Jesús? 
    e) ¿Cuáles son tus cruces y tus Pedros?
  6. UNA CLAVE DE LECTURA
    Para aquéllos que quieran profundizar más en el tema.
    «Debía andar a Jerusalén…»
    Los cuatro verbos «andar», «sufrir» , » ser matado» y «resucitar (v.21) están regidos por el verbo «debía», o mejor, «era necesario que». Es un verbo que en el Nuevo Testamento tiene un preciso significado teológico. Indica que es voluntad de Dios que una cosa particular acontezca, porque está en su proyecto de salvación. 
    La muerte de Jesús puede ser vista como la consecuencia «lógica» de la conducta que ha tomado hacia las instituciones de su pueblo. Como todo profeta incómodo ha sido quitado de en medio. Pero el Nuevo Testamento insiste que su muerte (y resurrección) hacía parte del proyecto de Dios que Jesús aceptó con plena libertad.
    «Tú me sirves de escándalo»
    Escándalo quiere decir tropiezo, trampa. Escandalizar a alguien significa colocarle delante impedimentos que lo aparten del camino que lleva. Pedro es un escándalo para Jesús porque lo tienta a dejar el camino de la obediencia a la voluntad del Padre, para seguir un camino más fácil. Por esto Jesús lo asemeja a Satanás, que al principio de su ministerio había tratado de apartar a Jesús de seguir su propia misión, proponiéndole un mesianismo fácil (ver Mt 4, 1-11).
    «Quien pierda la propia vida la encontrará» 
    Quien comprende bien el misterio de Jesús y la naturaleza de su misión, comprende también qué significa ser su discípulo. Las dos cosas están íntimamente ligadas. 
    Jesús mismo impone tres condiciones a aquéllos que quieren ser sus discípulos: negarse a sí mismo, tomar la propia cruz y seguirlo (v. 24). Negarse a sí mismo quiere decir no centrar su vida sobre el propio egoísmo, sino en Dios y su proyecto (el Reino). Esto comporta la aceptación de adversidades y el soportar las dificultades. Pero Jesús mismo nos ha dejado el ejemplo de cómo obrar en tales situaciones: basta imitarlo. Él no comprometió su adhesión a Dios y a su Reino y permaneció fiel hasta dar la vida. Pero precisamente fue de esta manera cómo llegó a la plenitud de la vida en la resurrección.
  7. SALMO 40
    Invocación de ayuda de parte de uno 
    que ha permanecido fiel a Dios

Yo esperaba impaciente a Yahvé: 
hacia mí se inclinó 
y escuchó mi clamor. 
Me sacó de la fosa fatal, 
del fango cenagoso; 
asentó mis pies sobre roca, 
afianzó mis pasos. 
Puso en mi boca un cántico nuevo, 
una alabanza a nuestro Dios; 
muchos verán y temerán, 
y en Yahvé pondrán su confianza.

Dichoso será el hombre 
que pone en Yahvé su confianza, 
y no se va con los rebeldes 
que andan tras los ídolos. 
¡Cuántas maravillas has hecho, 
Yahvé, Dios mío, 
cuántos designios por nosotros; 
nadie se te puede comparar! 
Quisiera publicarlos, pregonarlos, 
mas su número es incalculable.

No has querido sacrificio ni oblación, 
pero me has abierto el oído; 
no pedías holocaustos ni víctimas, 
dije entonces: «Aquí he venido». 
Está escrito en el rollo del libro 
que debo hacer tu voluntad. 
Y eso deseo, Dios mío, 
tengo tu ley en mi interior.

He proclamado tu justicia 
ante la gran asamblea; 
no he contenido mis labios, 
tú lo sabes, Yahvé. 
No he callado tu justicia en mi pecho, 
he proclamado tu lealtad, tu salvación; 
no he ocultado tu amor y tu verdad 
a la gran asamblea.

Y tú, Yahvé, no retengas 
tus ternuras hacia mí. 
Que tu amor y lealtad 
me guarden incesantes. 
Pues desdichas me envuelven 
en número incontable. 
Mis culpas me dan caza 
y ya no puedo ver; 
más numerosas que mis cabellos, 
y me ha faltado coraje.

¡Dígnate, Yahvé, librarme; 
Yahvé, corre en mi ayuda! 
¡Queden confusos y humillados 
los que intentan acabar conmigo! 
¡Retrocedan confundidos 
los que desean mi mal! 
Queden corridos de vergüenza 
los que me insultan: «Ja, ja».

¡En ti gocen y se alegren 
todos los que te buscan! 
¡Digan sin cesar: «Grande es Yahvé» 
los que ansían tu victoria! 
Aunque soy pobre y desdichado, 
el Señor se ocupará de mí. 
Tú eres mi auxilio y libertador, 
¡no te retrases, Dios mío!

ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios! tus caminos no son nuestros caminos y tus pensamientos no son nuestros pensamientos. En tu proyecto de salvación hay un puesto para la cruz. Tu Hijo Jesús no retrocedió delante de ella, sino «se sometió a la cruz, despreciando la ignominia» (Eb 12,2). La hostilidad de sus adversarios, no pudo apartarlo de su firme decisión de cumplir tu voluntad y anunciar tu Reino, costase lo que costase. 
Fortalécenos ¡oh Padre! con el don de tu Espíritu Santo. Él nos haga capaces de seguir a Jesús con valentía y fidelidad. Nos haga sus imitadores en hacer de ti y de tu Reino el punto central de nuestra vida. Nos dé la fuerza para soportar las adversidades y dificultades para que en nosotros y en todos surja gradualmente la verdadera vida. 
Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

Padre Míċéal O’Neill, O.Carm.

Síguenos en facebook para mantenerte al tanto